jueves, 23 de agosto de 2018

Mundo cruel y despiadado...

Prefiero mil veces entrar en una mesa examinadora que estar en una sala de espera.
Si te presentás en un examen, la cosa es simple: estudiaste, te aprueban; no estudiaste, te bochan, y chau.
Sin embargo, en un consultorio médico el resultado es imprevisible: te cargan de medicamentos —que no siempre te hacen bien—, te llenan de papeles para hacerte estudios —previa autorización en la obra social—, te retan porque no consultaste con tiempo... O puede ser que descubran que no tenés nada, y vos decís "pero me siento mal". Entonces te mandan a otro especialista. Y ese  te manda a otro, y ese otro (como no sabe qué cornos te pasa) te manda al endocrinólogo, el endocrinólogo, que tampoco sabe, te manda al psiquiatra, el psiquiatra, como es obvio, te manda al psicólogo, y el psicólogo dice que todo lo que tenés es por culpa de tu vieja. ¡Y volvemos al principio!
Y yo prefiero jugar, como cuando era chica, al Juego de la Buena Pipa. Al menos, en esa, ganaba yo.
Mónica

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Prefiero mil veces entrar en una mesa examinadora que estar en una sala de espera. Si te presentás en un examen, la cosa es simple: estud...